Un manto blanco,
de diminutos cristales cubre el bello campo, y yo lloro porque la bonita
primavera ahora tiene competencia, una mágica y fría competencia.
Además la luna
ilumina el brillo plateado que destella la húmeda nieve cuando el cielo se tiñe
de un azul tenebroso y las estrellas salen a saludar. Solo entonces aparece la
magia.