lunes, 10 de febrero de 2014

Un manto blanco, de diminutos cristales cubre el bello campo, y yo lloro porque la bonita primavera ahora tiene competencia, una mágica y fría competencia.

Además la luna ilumina el brillo plateado que destella la húmeda nieve cuando el cielo se tiñe de un azul tenebroso y las estrellas salen a saludar. Solo entonces aparece la magia.