lunes, 19 de noviembre de 2012

Tu mirada lo dice todo. ¿Quieres un abrazo? No es lo único que veo en tus ojos. Veo tristeza, melancolía, veo tu sonrisa atrapada en la prisión de tu boca, que no tiene ya expresión.
Veo que tus mejillas ya no se ensanchan cuando ríes, ¿acaso ríes ya?
Veo que ya no achinas los ojos por felicidad, no levantas las cejas por sorpresas, porque te has dejado de impresionar por la vida.
¿Dónde está esa voz que tanto nos hace soñar a los que te rodeamos? Ya solo queda una voz ronca, cansada, inaudible, harta de contar historias. Esa voz que, cuando soltaba carcajadas, era capaz de iluminar el presente y el futuro, de parar una guerra inevitable, de hacerme sonreír cuando las esperanzas me habían abandonado a mi suerte, dejándome contigo, que ya no es lo mismo.
No lo sabes, pero eres especial, eres alguien que puede con el mundo, y es triste que a pesar de ello el mundo haya acabado contigo.
Eras un principito dulce y natural, que acabó contaminado por la sociedad, el futuro incierto, y por ti mismo, que no supiste lo capaz que eras de salvar tu princesita, que era tu bondadosa alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario