jueves, 27 de diciembre de 2012


  

- ¿Y si nos olvidamos de todo? ¿Y si hacemos ver que ya el mundo no existe?
- ¿Porqué dices eso? - preguntó él extrañado.
- ¿Y por qué no? ¿A caso tenemos algo que perder? El mundo se ha olvidado de nosotros, ya no nos trata como hijos suyos que somos. No quiere saber nada, nos ha dejado abandonados, y yo no quiero vivir en un lugar donde han dejado de quererme.
- Ya sabes que contigo, no me importaría ir hasta en medio del mar y allí tuviese que vivir para siempre a base de pescado y agua salada. Pero... ¿no crees que es excesivo? - y empezó a acariciarle la cara, tal y como él sabe, con la yema de los dedos pasándolos por la parte lateral izquierda del cuello.
Ella cierra los ojos, para darse un minuto para pensar. No quiere que él gane esta vez.
- No, no lo es. No creo que sea excesivo.- Y le aparta la mano suavemente del cuello y se la coloca en la mejilla. Le mira y él comprende que no es mentira, que realmente quiere desaparecer del mundo.
Entonces ella se coloca sobre su pecho, para poder escuchar su voz más fuerte. Lo necesita siempre que tienen este tipo de conversaciones, le encanta apoyarse en él para poder sentirlo más cercano. Para poder escuchar el calor de su cuerpo.
Bum bum, bum bum. Si, ese sonido le encanta.
- Pero nuestros padres, nuestros amigos... nuestro futuro... No podemos dejarlo todo a medias.- aunque hasta él mismo sabía que se engañaba a sí mismo. ¿Qué futuro, qué familia y qué amigos iban a echarle en falta? No tenían nada ni nadie a quien perder, no importaban a nadie.
- Sinceramente, me importan una mierda.- y mientras escupía esas palabras, levantó la ceja como muestra de importarle todo lo más mínimo.- Todos y cada uno de ellos. ¡Qué les den! Estamos solos en esto, no hay nadie ni nada que nos vaya a echar de menos. No tenemos nada que perder. ¿Hablas de futuro? ¿Cual exactamente? Creo que de eso nos faltará allá a donde vayamos. Lo llevamos impreso en nuestro ADN, no podremos tener un futuro ni aquí ni donde vayamos, es por eso que vivimos siempre el presente. ¿A quién le importa el futuro teniendo el presente?
Y ella se sacó el cigarrillo del paquete de tabaco que siempre escondía en la parte delantera de su ropa interior. Sacó el mechero del bolsillo posterior de sus pantalones extra cortos,  y se encendió el piti, mirándole a los ojos sin apartar la mirada, esperando impaciente una respuesta.
- Vale, no me hace falta nada más. ¿Nos vamos?
Se quedaron observándose en el silencio. A los cinco minutos se empiezan a reír, pensando en lo ilusos que son, que no hay posibilidad alguna de irse del mundo, sin saber que realmente podrían ser más felices allá donde fueran, pero jamás lo sabrán. Nunca fueron lo suficientemente valientes para fugarse y olvidar a aquellos que, al cabo de un tiempo, se olvidaron de ellos, para siempre.
Pero como si de una iluminación se tratase, se levantaron, se cogieron de la mano y empezaron a caminar sin rumbo, sin dirección, hacia algún lugar donde poder empezar una nueva historia, una nueva vida.


Hoy pensé en como sería el mundo sin mí. Si, qué egocéntrica que soy, pero realmente mi conclusión ha sido triste y sincera.

Igual.
Mi mundo sería lo mismo sin mí. La gente de mi vida tendría la misma vida. Lo que me rodea no me echaría de menos porque simplemente no soy imprescindible en este lugar.
Tendemos a creer que somos el centro de todo, cuando realmente no somos más que otra pieza en el puzzle  de la vida, esa pieza que no es imprescindible porque es la que tiene el mismo color que las demás, la que nunca encaja en ningún lugar, la que si desaparece no importa.
Pues bien, yo soy esa pieza, y lo bueno de ser esa pieza es que puedes desaparecer sin que nadie te moleste y sin molestar a nadie, y estar tranquila entre el montón de trastos para tirar, hasta que llegue tu final.
Me dejé engañar por la palabrería de nuevos Shakespeares, me dejé engañar por el cálido abrazo de alguno que se hacía llamar amigo, me dejé engañar por algo llamado calor del hogar. Ahora lo que importa es dejarte llevar por el sendero que te lleve a algún lugar donde poder ser uno mismo sin necesidad de intentar complacer a los demás.

viernes, 21 de diciembre de 2012

¡Y llegó!

El cielo se convirtió en un verde bosque lleno de nubes negras, por el que surcaban pájaros legendarios extinguidos, de colores imposibles y tamaños inexplicables.
Del  mar empezaron a salir extrañas criaturas, turquesas y violetas, escamas brillantes, ojos encendidos de terror, parecían fuego entre agua, teñida de negro y oscuridad.
De los bosques aparecieron unicornios azules, mamutes terroríficos, y árboles que hablaban con sus criaturas sobre como salvarse de tal barbaridad.
Y de esas montañas inexplorables surgieron insólitos seres blancos, gigantes, monstruos les llamarían algunos.
¿De qué huían? ¿Hacía dónde iban? Mejor dicho, ¿qué intuían?
El cielo se abrió de repente, apareció un infinito cielo estrellado color azufre, grandes llamas salían por esa enorme puerta que se acababa de abrir, dejando salir un viento que apagaría mil velas si se lo propusiese. Pero eso no era lo peor que podía salir de esa majestuosa puerta grabada con extrañas escenas sensuales y sugerentes. Asomaron de ella ángeles, enormes ángeles sin rostro, con gigantescas alas púrpura que no dejaban de moverse de arriba a abajo, buscando alguna víctima de entre la multitud que se hallaba en tierra, en espera de ese final tan trágico que ya imaginaban.
Las criaturas, desnudas y sin sexo, elegantes y mortíferas, aterrizaron en la tierra, sin decir nada. ¿Era el final? ¿Esto era todo, sin más se iban a rendir, sin luchar?
Exacto.
Los ángeles, sin vacilación, empezaron a seducir a la gente, agarrándolos por la cintura con una mano, y la otra en la mejilla, dándoles el beso que callaría sus vidas para siempre.
Pero de repente, un anciano que se encontraba solo entre la multitud, sin nadie a quien perder salvo un pequeño chiquillo de nos tres años, de ojos grandes y grises y de cabellera castaña, con una tez tan morena como la arena en la que se encontraban. Cuando al viejo se le acercó un enviado de la muerte, este no dijo más que:

- No es mi hora, déjame en paz y sigue con tu juego, que yo me voy para casa.

Y sin más, se fue cogido de la mano del niño, dirección al bosque que rodeaba la playa, sin girar la cara hacia atrás, y el niño le imitó, aunque finalmente se volvió para observar al ángel y sonreírle, enseñando sus perfectos dientes blancos tan inocentes que jamás volvieron a verle.
Lo que no supieron nunca el anciano y el niño era que los ángeles no buscaban el fin de la humanidad, si no esas mitades suyas que un día cayeron a la Tierra y que buscaban sin cesar, esperando con ansia volverlas a besar.



FELIZ FIN DEL MUNDO :)

jueves, 20 de diciembre de 2012


¿Quieres que te diga la verdad?, ¿la verdad de porqué el infinito cielo es azul?, ¿la verdad de porqué el agua que fluye por el río es transparente?, ¿de por qué no puedo dejarte?

Lo siento pero ese no es mi fuerte. Soy escritor, y como tal, como romántico que soy, no puedo decirte la verdadera certeza. La distorsiono, es mi trabajo, es lo que soy. Yo creo mundos y sueños, imagino nuevos lugares, encantados o no siempre con algo de embrujo bajo sus árboles, vivo la muerte y mato la vida. Pinto sentimientos e invento colores.
Así que lo que puedo decirte es que el cielo infinito sobre nuestras miserables cabezas es azul porque refleja tu mirada. Que el agua que fluye entre nosotros es transparente para poder ver tu cuerpo desnudo mientras te bañas. ¡Qué caprichosa la naturaleza!
Pero no me pidas que te explique el porque no puedo dejarte, porque ni verdad ni embuste puedo explicarlo.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Los dos sentados frente el mar, tocando con las manos nerviosas la arena, sin saber muy bien que podríamos hacer: huir o quedarnos. Estar aquí sentados ayuda bastante a relajar la situación. El mar, las estrellas y la luna reflejada en ese mar de tinta negra, en la que poder sumergirse para crear una nueva historia, un nuevo comienzo. Las palabras no salen de nuestras bocas, estamos débiles de no comer  durante el día, y no queremos dormirnos por miedo a que nos roben, aunque no sé muy bien el que.
Entonces escucho un grito ahogado en su garganta, y me doy cuenta de que quiere llorar, pero no delante de mí porque él tiene que ser el fuerte, aunque a veces llorar delante de alguien a quien amas muestra más valentía que luchar contra un ejército entero.
- ¿Quieres hablar del tema?- le pregunto, ya que si no los nervios podrían acabar con mi cabeza, que parece que esté a punto de estallar.
- ¿Qué quieres que te diga?
- No sé, cualquier cosa me basta, aunque sea gritame, ¡di algo!- si, he sonado demasiado desesperada.
- ¿Quieres que grite? ¡Pues grito! ¡Ahhhhhhhh!- y lo hizo, y nos reímos. Nos reímos porque él sabe como hacer de estas situaciones algo gracioso.
- Entonces, no hay más, ¿nos quedamos en la calle sin más? ¿No se puede hacer nada?¿Nos quedamos así para siempre?
- No exageres, siempre nos quedará la calle.- Y sonríe con esa sonrisa que solo sabe poner mi hermano, él.- No nos podemos quejar, nos tenemos el uno al otro, estamos unidos, nos queremos y encontraremos la solución.
- Pero es que ya no hay solución, no nos queda nada...- ¿qué se creerá este que podemos encontrar una solución al no tener nada? Ha perdido el juicio...
- Tamar, como tu hermano mayor de un minuto,-y se ríe- te voy a decir que sé que no es justo, y me duele tanto como a ti lo que nos está pasando. Sé que nos han quitado el futuro, que ya no nos queda por lo que luchar para continuar. Pero te diré princesita que no dejaremos que nos quiten el presente, lo viviremos tan bien como podamos, y el pasado nos lo guardaremos para nosotros, así tampoco nos lo podrán arrebatar. Anda, vayámonos de aquí  vayamos a buscar algo para comer.


Enciende el cigarro que sostenía detrás de su oreja, o mejor dicho medio cigarro que se había encontrado por el suelo. Se levanta, me ayuda a levantarme, y nos vamos cogidos de la mano, y tal vez alguna mujer soñadora crea que somos una pareja adorable, sin saber la que nos espera...

miércoles, 28 de noviembre de 2012



Es muy gracioso hablar con los típicos niños buenos que se creen hippies, solidarios y, por qué no decirlo, tolerantes.
Hacemos muy mal uso de esa palabra. ¿Qué es ser tolerante? Bueno, podemos empezar por decir lo que no es tolerante.
No es tolerante el ir regalando juguetes a niños que se están muriendo de hambre y que gracias a ello tendrán una sonrisa en sus inocentes caritas. Eso no es ser tolerante, ¿alguna vez, señora persona buena, se ha molestado en pasar un día escuchando la historia de ese niño, de darle un abrazo o un simple beso, o de jugar con él con ese espectacular juguete de última generación que le has regalado? No. Pues bien, ya te digo yo que le estás alegrando la Navidad, pero los pequeños gestos del día a día tienen más poder que un simple trasto que olvidará algún día en el fondo de su cajón, cuando esté preocupado por meterse mierda en el cuerpo porque solo se preocuparon por darle un juguete en Navidad, que siempre agradeció con una dulce sonrisa.
Y sabe usted que no le hace ningún favor a esa anciana que está siempre sentada en un banco sola, debajo de ese enorme árbol de la plaza. Esa señora que tantas charlas te ha dado, tanto ha luchado para que personas como tú y como tengamos lo que nos están arrebatando de las manos. Pues si en vez de dar dinero o ropa a las residencias de personas mayores, que por supuesto creo que está muy bien, le dedicases una hora de tu día para tener una charla de los viejos tiempos, de cómo ha cambiado el mundo y de lo mala que está la fruta de hoy en día. Dedíquele una sonrisa, unas palabras.
Y por no hablar de esas pobres personas que viven en la calle, ya sean borrachos o desahuciados, que no tienen ni dónde comer ni donde dormir. Va usted, buena persona, y le das dos euros, sin saber si se lo gastará en comida, alcohol o drogas. Tal vez si le ayudásemos y le guiásemos en esta vida, tal vez si le dedicásemos tiempo a esa persona, nos lo agradecería. Claro que hay que hacer lo posible para alimentarlo, pero no está solo machacada en cuerpo, sino también en alma.
Podría poner mil casos, ya que cada cual somos diferentes. Muy diferentes. El mundo sería muy monótono y aburrido si no fuera porque somos diferentes. Somos extraños, raros, extravagantes. ¿Y qué? No es malo, hay que aceptarlo en vez de luchar por ser iguales.
No cambiemos el ritmo de las cosas. Somos muy diferentes, pero a caso no hay belleza en las diferencias, no hay cultura ni conocimientos. En eso consiste la tolerancia, en aceptarnos siendo diferentes, en gritarlo fuerte, en sentarnos al lado de ese alguien tan extraño para nosotros y decirle que nos gusta o que le respetamos. La tolerancia reside en creer en que lo homogéneo no es algo de lo que se tenga que estar orgulloso.
La tolerancia no es creer que todos somos iguales, sino aceptar que cada persona es diferente.






lunes, 19 de noviembre de 2012

Ella, una princesa, ni bella ni perfecta, simplemente una dulce chica. El mundo quiso acabar con ella, pero su genio se convertía en  magia: así fue cuando ella supo de su poder.
Por culpa de la vida dejó de ser esa bonita princesa, se convirtió en un simple títere, le arrebataron los pájaros que un cabeza habitaban, dejándola triste y sola, vacía. Ni príncipes ni reyes lograron una sola sonrisa suya, que a tantas caras había contagiado. Su risa, graciosa y fresca ya no sonaba, esa deliciosa melodía que tanto hizo bailar a los suyos.
La vida la había contaminado, pudriendo su interior hasta llegar al alma.
Pero no hay que olvidar su genio, a la vez magia. Esa magia dentro de ella, no quería deshacerse, no quería desaparecer sin más. Quería seguir con su amada princesa, la bonita que tanto había ayudado al mundo.
La magia siguió luchando, ya casi sin esperanzas, pero halló una luz. Una luz que jamás se podría apagar dentro de su princesita. Una fuerza sobrenatural, mayor que el odio y mayor que la sin esperanza. Era el amor a la vida, que se había escondido por miedo. Era la ilusión y las ganas de vivir.
La magia se unió a ellos, y juntos siguen ayudando a la princesa a pelear contra la vida, que tan dura es con ella. Ya no era la misma, pero consiguieron que no se consumiera esa sonrisa capaz de salvar el mundo, tan podrido como una manzana en las manos del olvido.

Tu mirada lo dice todo. ¿Quieres un abrazo? No es lo único que veo en tus ojos. Veo tristeza, melancolía, veo tu sonrisa atrapada en la prisión de tu boca, que no tiene ya expresión.
Veo que tus mejillas ya no se ensanchan cuando ríes, ¿acaso ríes ya?
Veo que ya no achinas los ojos por felicidad, no levantas las cejas por sorpresas, porque te has dejado de impresionar por la vida.
¿Dónde está esa voz que tanto nos hace soñar a los que te rodeamos? Ya solo queda una voz ronca, cansada, inaudible, harta de contar historias. Esa voz que, cuando soltaba carcajadas, era capaz de iluminar el presente y el futuro, de parar una guerra inevitable, de hacerme sonreír cuando las esperanzas me habían abandonado a mi suerte, dejándome contigo, que ya no es lo mismo.
No lo sabes, pero eres especial, eres alguien que puede con el mundo, y es triste que a pesar de ello el mundo haya acabado contigo.
Eras un principito dulce y natural, que acabó contaminado por la sociedad, el futuro incierto, y por ti mismo, que no supiste lo capaz que eras de salvar tu princesita, que era tu bondadosa alma.

jueves, 8 de noviembre de 2012



El tiempo pasa, sin detenerse tan solo un segundo...

Le miro a sus ojos cansados y pesados, llenos de arruguitas, experiencias y vivencias, hartos de luchar contra lo inevitable. Le abrazo, le digo que le quiero, sabiendo que esta tal vez sea la última vez que le oiga quejarse de lo mucho que le aprieto en la barriga mientras le digo que es el abuelo más guapo del mundo.
Siempre le admiré, ha sido el hombre de mi vida, mi mejor amigo, mi confidente, mi protector. Pero se va, se va una parte de mi vida, la mejor sin duda, con él, para no volver jamás y quedarse en una habitación en mi mente, con una puerta cerrada que se abrirá cada día para recordarlo. Besos, abrazos, cariños. El mejor hombre del mundo, y lo siento mucho por todos aquellos que también merecen cariño incondicional, pero él es el único para mí. Sus manos están llenas de trabajo duro y alegría, de amor y de olores de uva. Su corazón se va parando poco a poco, y no sé si estaré aquí para acompañarle en los últimos segundos de su vida.
Quisiera retenerlo para siempre, tenerle a mi lado cuando las cosas no van bien, estar con él cuando la felicidad nos acecha. 

Pero el tiempo pasa y no se detiene, y él me enseñó a ser fuerte, me enseñó a que la vida no hay que dejarla pasar, que hay que ser uno mismo y no dejar que te pisoteen. Que hay que vivirla tal y como viene, aprovechar el máximo de ella y saborear los momentos como este, que se repitan o no, hay que tomarlo como un buen vino tinto, olerlo y captar la sensación para guardarlo por siempre en la bodega de tu corazón.
Te quiero.

lunes, 29 de octubre de 2012


              

Miro a sus ojos y veo que no puede contener las lágrimas
Sus ojos ahora se asemejan a unos diminutos diamantes, brillantes y con un conjunto de colores que destellan. Siempre me sorprendió su manera de llorar. Es triste, pero tan bonita a la vez. La forma en que frunce el ceño cuando te mira, como un niño pequeño que busca los brazos de su madre. El modo que te observa desde la otra punta de la habitación en tu rostro lo que piensas. Esa manera tan suya de apretar los labios húmedos de lágrimas, ni muy carnosos ni muy finos, buscando mi abrazo, creyendo que en él encontrará la solución y donde lo único que encuentra es el latido de mi corazón, lento y continuo, y la respiración cuando apoya su cabeza en el vientre esperando algún tipo de aprobación en mi, tan similar al va y ven de las olas.
Y cuando, mientras sorbe por la nariz, busca en mi mirada una respuesta, le digo que todo irá bien, que no se preocupe, no hay nada sin solución, ni un mañana sin un ayer.

sábado, 20 de octubre de 2012

No estoy inspirada.
¿Qué porqué escribo? Respuesta simple y fácil: pura necesidad. No pretendo con ello decir que soy escritora, ni mucho menos, que yo no cobro.
Lo que quiero decir es que amo la fantasía, la mentira que supone la literatura, amo los nuevos mundos, los ya creados y los que hace falta imaginación para crear. Amo la historia de cada personaje, la historia de cada ciudad inventada, lo que esconden esos falsos ojos oscuros.
Por ello no puedo dejar de lado la escritura, por el puro placer que me produce el inventar algo, aunque este tonto mecanismo lo acabo haciendo monótono y acabo por escribir textos vacíos, sin sentido, de mala calidad, que caen en picado en un pozo sin fondo.
Tal es la necesidad que escribo en cualquier lugar: en la estación de trenes, en la clase mientras explican conceptos inútiles que no interesan a nadie(ese es otro tema), mientras veo la televisión, mientras estoy con los amigos, ¡e incluso cuando estoy sola en mi habitación!
No estoy inspirada, estoy vacía de alma, a pesar de mis ganas de vivir. Veo el absurdo de la vida, pero aún así amo la vida, me río de ella e intento sacarle lo mejor, aunque siga atormentándome por su sinrazón.
Tal vez necesita un poco de tiempo a solas, porque cuando la soledad embarga a alguien necesita de esos amigos imaginarios, esos amigos con los que te comunicas con papel y tinta, te ríes y lloras con ellos, les explicas tus largas horas paseando bajo árboles naranjas, bajo un cielo púrpura, sobre hierva azul. Les explicas como volaste hasta tocar las estrellas, y como allí pudiste contemplar la tierra mientras abrazabas a la luna creciente. Como apareció la inspiración en forma de ángel y te dijo con voz demoníaca:  'no estás sola, esos amigos estarán siempre, esa es tu maldición.'

jueves, 18 de octubre de 2012

Ellos.


Los que te hacen sentir que el tiempo no pasa como si estuvieras en medio de la nada, sin saber donde vas o donde estás. Los que te hacen creer que nada va mal. Los que te enseñan a sonreír, a llorar, a divertirte. Esa gente que te saca de quicio y no les aguantas cuando estás de mal humor, o al contrario, no les aguantas por ese mal humor que tanto te hace reír. Aquellos que creen en ti cuando el mundo no lo hace, cuando ni siquiera tienes las fuerzas suficientes de levantarte de la cama, que te hacen creer que el mundo no funciona sin ti. Ellos que te sacan de ella y te dicen que todo irá bien.
Para algunos son la familia, para otros esas personas son los amigos, o, para mi, son todo su conjunto,sin el cual no puedes levantarte cada mañana con una media sonrisa.
Apreciad lo que tenéis, nunca se sabe cuando te lo pueden arrebatar. Y cuando eso pase, si realmente tienes lo que tienes que tener, lucha.

viernes, 12 de octubre de 2012

¡Qué bella es la noche! Vivo enamorada del día, por supuesto, con el sol abrasador mientras estás en la playa, con esas grandes y azules olas en las cuales poder deslizarme hasta caer rendida. Lo adoro, adoro el día por la brisa amarilla, por los colores alegres que desprende el ambiente.

Pero ¿ y qué es de la noche? Qué bonita es la noche. Paseos nocturnos con los amigos, la arena fina y fresca en la que poder pensar mientras escuchas olas invisibles que confundes con el cielo nocturno. La luz de la luna alumbrando rostros sin nombre, figuras de arena en la noche. Pero aquella noche, mientras miraba por la ventana de mi habitación, la noche me pareció un espectáculo bellísimo.

La luna brillaba blanca, y parecía sonreírme por entre las nubes negras iluminadas por su luz, por su brillo. Las casas tocadas por delicadas pinceladas de luz pálida, calles desiertas y tranquilas, con algún que otro coche que, con dos ojos brillantes, pasaban lentamente, como sin querer hacer ruido, y marchaban hacia algún viaje, tal vez sin destino, desconocido para mi, misterioso.

Sí, aquella noche fue muy especial
porque fue cuando descubrí lo maravilloso que puede ser el insomnio, que te hace ver cosas que quizá otros se pierdan, cosas que hacen que  ames la vida más intensamente.


domingo, 7 de octubre de 2012


Una vez recuerdo que mi padre me dijo algo que entonces no le encontré sentido y que ahora, con diecinueve años, entiendo a la perfección: ‘El ignorante vive feliz porque no ve más allá de lo que tiene, el que entiende vive preocupándose de lo que sucede en el mundo y deja de vivir felizmente para ocuparse de esos asuntos que no puede cambiar y que le martirizan. Pero el que realmente vive una vida intensa es aquel que, aun sabiendo lo que sucede en el mundo y lo que podía llegar a tener sigue adelante creyéndose afortunado por lo que tiene.’ Yo me considero de éstos últimos, ya que después de saber todo lo que he aprendido en un largo y duro camino, no creo, sé que soy afortunada de tener todo lo que tengo, a pesar de que los demás crean que no es suficiente.
Pues bien, después de llegar a la conclusión de que soy feliz, y no, no miento cuando digo que sé que soy feliz, he de hacer saber como he llegado a este punto, al punto de saber que lo soy. Nunca mi vida fue fácil, tampoco me importó y nunca me quejé, pero no está de más el saber que cuando una no sigue la corriente del mundo, cuando no fluye como la sociedad quiere, no acaban las cosas como una quiere que acaben. Y fue este último verano, fue ayer, cuando me di cuenta de ello, y a pesar de eso sigo siendo feliz, porque si algo sé, además de que soy feliz, es que nunca hay que tener expectativas de lo que puede suceder, si no que hay que esperar a que pase para saber realmente que sucederá. Porque a veces por mucho que lo intentes las cosas van a su ritmo, y tu tienes que bailar sin marcar tu tiempo, si no que hay que hacerlo al tiempo de la música.


Pero no siempre fui así, es decir, no siempre tuve clara mi filosofía de vida. Siempre he sabido quien soy y adonde quería llegar, simplemente me faltaba saber cual era la manera de llegar a ese punto. Siempre pensé que el camino es algo que hay que disfrutar, pero cuando te empieza a fallar las piernas, no lo notas hasta que te paras en un punto. No notas ese dolor hasta que te sientas y miras el camino recorrido. Es entonces cuando te das cuenta de la de mierdas que has pisado, pero aun así has seguido para adelante, aunque de mierda hasta arriba. Pero al pararte, el dolor aparece, pero tienes fuerzas suficientes para limpiarte la porquería. Podrás seguir hacia adelante limpia, aunque siempre queda el recuerdo, pero solo es eso, recuerdos. Y finalmente el dolor desaparece y vuelves a empezar, sabiendo que seguirás pisando mierdas y seguirás sintiendo ese dolor hasta el final, aunque te puedes sentir feliz porque a pesar de ello, en ese camino estás rodeada de flores, flores hermosas que te hacen olvidar la suciedad que llevas encima.



miércoles, 3 de octubre de 2012

- El cielo es mucho más bonito cuando está a punto de amanecer, ¿no te parece?- dijo la dulce chica mirando al cielo mientras se dirigían a la estación de tren.
- Pues yo lo veo igual que cuando es medianoche.
- ¿Enserio no lo ves? - y sigue mirando con una media sonrisa.
- ¿El qué?- el pobre chico no entendía nada. Pobre, era tan simple, aunque a ella siempre le había gustado esa parte de él, esa parte que no ve más allá del ahora.
-¿No?- y echó una risita.
- No, ¿qué debería ver?
- Tendrías que saberlo. ¿nunca has experimentado la sensación de que todo es más bello cuando va a terminar aunque durante el transcurso haya podido ser igual de hermoso y no te hayas dado cuenta hasta el último momento, cuando ya es tarde? Al ser humano se le da muy bien experimentarlo, me incluyo. - y así, después de darle una palmadita en la espalda, se fue corriendo hacia la estación desde donde se escuchaba el rumor de un tren a punto de empezar su largo trayecto habitual.


lunes, 1 de octubre de 2012

¿Qué si he perdido la fe en la humanidad? ¿Es eso lo que quieres saber?
No amigo, no he perdido la fe en la humanidad, aunque crea que son una panda de inútiles e inservibles títeres del capitalismo no he perdido la fe en ellos. El ser humano es fascinante y jamás hay que dejar de amarlo, dejar de creer en algo tan increíble como la humanidad es, tenía que decirlo, una calamidad.
El ser humano es horriblemente increíble, y si se me permite decirlo, cuando quiere puede llegar incluso a ser  un animal inteligente.
No, no he perdido el norte. Sé lo de la Segunda Guerra Mundial, y me suena mucho la oscura época medieval. También me conozco las torturas romanas. Por eso he dicho que el ser humano puede ser inteligente, pero no he mencionado que usase mal su inteligencia.
¡Pues claro que es posible un mundo mejor! Pero claro, cuando digo un mundo mejor no me refiero a la utopía de Platón, ni al anarquismo de Bakunin. Un mundo mejor es aquel en el que, aún habiendo políticos españoles y estadounidenses tocapelotas. Incluso habiendo dinero y religión, hay gente capaz de darlo todo por otros, que es capaz de salir y luchar por lo que cree, no solo por uno mismo, si no por los demás.
Ya sé ya sé que suena hipócrita porque nunca me he planteado en salir a manifestarme en las ridículas manifestaciones barceloninas, pero quien sabe, tal vez algún día deje de ser tan cobarde y salga de esta habitación a luchar por algo. Ya sé que dije que no había perdido la esperanza, pero ¿acaso la esperanza no es un sentimiento que carece de perspectiva? ¿no es algo que esperas que ocurra y que nunca ocurre?
Nunca me he incluido en ese grupo de la humanidad que es valiente y tenaz. Es más, soy de las que incluso ha dejado de imaginar un mundo sin guerras y sin hambre. Solo dije que creo en ellos. Y que si el mundo viese más allá de sus Iphones, tal vez, aunque solo fuesen unos segundos, verían lo maravillosa que es la vida y luchasen por ella. Por que de vida solo hay una, y no pienso desperdiciarla luchando por algo que los demás no aprecian.
Lucharé por mi día a día, por que yo sí amo a la vida y creo que merezco mi lucha. ¿Y tú, a qué esperas para saber si lo merece o no?

miércoles, 26 de septiembre de 2012




No logro entender las confusiones del ser humano, incluso habiendo estudiado carreras y doctorados, creyéndose así que son más de lo realmente son. Se dice que Niestche, inspirador de Hitler y por ello criticado, usaba una teoría ‘extrema’.

Tal vez sepan de que teoría estoy hablando si  han estudiado un mínimo de filosofía, si no lo han hecho se lo recomiendo, ayuda bastante a aprender a pensar. En efecto, hablo de la teoría del hombre fuerte y del hombre débil.

El ‘extremista’ filósofo decía que ahora el débil era el héroe porque actuaba en masa, en cambio el fuerte y el que, por consiguiente, debería de ser el héroe, no lo era.  Y aquí es donde esta la confusión y donde mi pregunta es ¿porqué se confunde débil con lo pobre?, ¿y lo fuerte con lo rico?

No sé los demás, pero a mi parecer el fuerte es aquel que a pesar de que todo vaya  en su contra no deja de luchar por aquello que más quiere, y eso los ricos, en su mayoría, no lo hacen(o tal vez si, luchan por el dinero, cosa ilógica para mi pero muy loable para muchos otros). El débil es el que deja de luchar por aquello que ansía y prefiere vivir lamentándose.

Es solo mi resumido punto de vista de una de las teorías de este autor que me agrada. Tal vez no sea así, es solo una opinión pero no confundamos términos, que así nos va.